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American Beauty: Una aproximación al rojo

     
 
Cine y Series
     
 

Misión imposible (1996): La película vs la serie

 


 

American Beauty: Una aproximación

 

Hace unos días, al pasar frente a un cine que proyectaba “American Beauty”, retrasé un poco el paso para volver a ver alguna de las  escenas congeladas en las fotografías de la puerta (Escena esta bastante rara ya que cada vez hay menos cine con “puerta a la calle”).  Viendo estas imágenes volvió a mi mente un tema que había quedado “flotando”, el asunto de los pétalos.

Tanto en las fotos como en el afiche publicitario predomina el color rojo, de las rosas.

Afiche: Sensual cuerpo femenino, cruzado por una rosa.

 
American Beauty

Foto1: (la que acompañó cuanto artículo apareció sobre la película en los suplementos de espectáculos) Kevin Spacey sentado en el sillón y Annette Bening parada atrás. En primer plano el jarrón lleno de rosas.

Foto2: (que no es tan representativa del desarrollo de la trama, pero que resulta atractiva a los hombres que se acercan a ver de que trata la película) Mena Suvari en la bañadera (¿o en este caso es bañera?) llena de pétalos de rosas. Kevin Spacey que no le dan los ojos para disfrutar de la imagen.

 

Los pétalos

La primera vez que los vemos aparecer brotan sorpresivamente del buzo de Angela, “la amiguita de la nena”, justo cuando estaba por mostrar sus pechitos juveniles en la imaginación de un embobado y degenerado papá Lester (Esta escena arrancó muchas risas en la función en la cual la vi, a pesar del peso de su contenido).
Mas tarde los veremos caer sobre la cabeza de Spacey desde el techo, y sobre su cama nupcial. Arriba está la niña cubierta tan solo con esos pétalos (los que no se caen).
Finalmente reaparecen cuando Angela se queda a dormir y él se la imagina en la bañadera cubierta de pétalos.

¿Qué función cumplen los pétalos?

Los pétalos solo aparecen en la imaginación de Lester, y allí siempre cumplen la misma función: la de ocultar la desnudez de Angela.

 Si recordamos que el personaje de Annette Bening se la pasa cultivando y poniendo rosas en el/los jarrón/es que cada tanto vemos en la casa, resulta inevitable pensar que lo que lo separa a él de la desnudez de Angela (en la fantasía, por supuesto) no es otra cosa su mujer.

Ahora bien, ¿Miedo a su mujer o un rastro de fidelidad?

 Es obvio que la mujer que tiene al lado no es la que quiere, pero si la que quiso. De hecho en medio de su “transformación” Lester trata de despertar en ella a la Carolyn de cuando acababan de casarse.

 Cuando Lester está por consumar lo que era su fantasía (sexo con la chica que lo tiene loco) se detiene. Finalmente tiene a su alcance el objeto de su deseo todo para si.

¿Qué ocurre?  Cuando ella le confiesa que es virgen ¿Surge en él un destello de moralidad que hasta ahora había estado perdido? (Porque, después de todo, ¡es la amiga de su hija!).

¿Se detiene porque ahora faltan los pétalos?

 

En este aspecto hay quienes sugieren que los pétalos están más bien asosciados con la oculta virginidad de ella, pero... ¿por qué dejar tan en claro que la de las rosas es la esposa?. Y además, ¿él sueña con que ella es virgen? Porque en definitiva los pétalos están solo en la cabeza de Lester.

American Beauty2
 

Quizás más bien lo que él desea más que a la chica son esos pétalos dispersos, desordenados, libres, en contraposición a las rosas perfectas (ya lo han dicho los vecinos gay, su jardín tiene las mejores rosas) del tamaño perfecto, dispuestas perfectamente en su jarrón en el lugar perfecto.

 Quizás lo que él desea es volver a tener algo que  perdió, a la mujer con la que se casó, esa mujer como era antes de quedar atrapada dentro de tantas imposiciones, sociales , cotidianas, laborales, personales...
(ej.: Imagen ante los demás, música durante la comida, lo que piensa de ella su hija, etc.).

 Los pétalos vs la rosa.

 Quizás lo peor de todo sea que en realidad lo que él busca es liberarse de su esposa, y tener una aventura, con la que fuera su mujer.

Nota: Para seguir pensando... El rojo se convierte en el color dominante de lo que le ocurre a Lester: las rosas y los pétalos, el auto que siempre quiso tener es rojo, en el nuevo trabajo usa una gorra roja, lo última vez que lo vemos está rodeado del rojo de su sangre. ¿A qué apunta esta continuidad estética?

     
   
Sergio Alberino

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Cine y series: ¿Por qué hacer una película de una serie?

 

El cine se nutre de múltiples fuentes. En los últimos tiempos nos encontramos con varias películas basadas en dibujos animados (por ejemplo: “los picapiedras” (The Flintstones, 1994 y posteriores), o más recientemente “Meteoro” (Speed Racer, 2008)), y otras tantas que vienen del mundo de los videojuegos (“SuperMario Bros”, “Resident Evil”, “Alone in the Dark”, “Final Fantasy”)
Sin embargo la lista más extensa parece provenir de las series de TV. ¿Por qué ocurre esto? Bueno, últimamente se ha vuelto común para las series con gran número de fanáticos “pegar el salto” a la pantalla grande, como ocurrió con los Expedientes X (X-Files) en 1999, donde el film formaba parte del universo de la serie, con los mismos actores y continuando la trama desarrollada a lo largo de varias temporadas (con la desventaja de que la historia solo resultaba interesante y entendible para los seguidores de la serie). Otro caso es el de “Sexo en la Ciudad”(Sex and the city , 2008). que este año completó su ciclo con una taquillera película. En este plan de “extensión” de la serie tenemos también ejemplos animados como el de “los Simpsons”, “Futurama”, o la versión musical de “South Park”.

                              


 
 Un caso particular dentro de esta categoría quizás sea el de “Fuego camina conmigo” (Fire walk with me, 1992), la película de Twin Peaks, cuya acción transcurre antes de que se den los hechos que inician la serie (en particular, antes de la muerte de Laura Palmer). Dirigida por el excéntrico y genial David Lynch, creador de la serie, la película en vez de completar la trama genera más incertidumbre sobre lo que realmente ocurre en ese pueblito de la frontera de EEUU con Canadá.
El salto de formato parece tener lógica cuando una serie alcanza la definición de “de culto”, y el número de fans de la serie justifica la inversión en una película. A estas alturas uno no duda del éxito de taquilla que podría tener una película de “perdidos” (Lost).
Ahora bien, el grueso de las “películas de series” no proviene de las series contemporáneas, sino, y particularmente, de las que se difundieron entre los años sesenta y principios de los ochenta.

X-Files 2

 

¿Por qué hacer una película basada en una serie de hace más de veinte años?

FANATISMO

La respuesta no es una sola. Por un lado tenemos una franja de población suficientemente joven como para salir al cine y lo suficientemente adulta como para tener ingresos suficientes que les permita gastar en salidas al cine o alquiler y compra de DVDs. Esta porción de la sociedad se crió viendo estas series y profesa un fanatismo a toda prueba, relacionado con las reminiscencias de la infancia y el recuerdo de la emoción que les producía seguir las aventuras de su héroe favorito.
Así como las editoriales prefieren más de una vez editar una lista de supermercado escrita por una personalidad como Borges en vez de un texto ingenioso de un autor novel, las grandes productoras apuestan a proyectos cuya temática asegura un gran número de nostálgicos fanáticos haciendo cola el día del estreno para ver a sus personajes queridos remozados en la pantalla grande.


FORMULA PROBADA
Además se trata de guiones que ya han sido probados y reprobados, con personajes ya arraigados en el público. Hacer una película sobre una serie famosa debiera de ser apostar sobre seguro, aprovechando las características de un Universo desarrollado a lo largo de varias temporadas de emisión televisiva.

TRANSFERENCIA
Existe, a su vez una franja nueva de público joven que no está conectada en forma directa con la serie, pero que van a ser llevados al cine por sus padres, tíos, padrinos, etc. Como excusa para ir ellos al cine (Hay más interés de los padres que de los chicos por ver Meteoro). Esta porción es incorporada al conocimiento de la serie a través de la película, por lo que si tiene éxito, es posible pensar en una nueva versión de la serie)

CONTRAS
Así como se presentan todas estas razones a favor de las películas de series, también existen grandes riesgos. El fanático espera encontrarse con algo que ya no existe: su serie favorita vista desde sus ojos de niño… Muchas repeticiones de series se enfrentan a este problema, y resultan ahora realmente desagradables (traten sino de ver un capítulo de los ángeles de Charlie, por ejemplo, y se van a estar tratando de cambiar de canal a los cinco minutos).
 Los actores de las series originales han muerto o están en el asilo. Un inconveniente casi in salvable puede ser la elección del casting adecuado. Las productoras tienden a buscar actores conocidos, para asegurar la venta de entradas, pero esos monstruos del cine tienden a “comerse” a los personajes que representan y no llegan a ocupar el lugar que el fanático espera. A veces la elección pasa por la intención de darle una vuelta de tuerca a la serie y resulta que el actor/actriz elegido nada tiene que ver con el de la serie original (por ejemplo Will Smith, en “Wild wild West”, 1999). Algunas compañías tienen a bien aprovechar a algún actor sobreviviente de la serie original para que haga algún Cameo en la película (como ocurre por ejemplo, en “Charlie's Angels: Full Throttle”, con Jacklyn Smith, “Kelly Garretten la Serie).

EL DESAFIO
 El guión de la película debiera de respetar todos los elementos del Universo de la serie que trata de emular. El problema radica en que si es muy parecida a la serie resultará más bien un capítulo largo, mientras que si se aleja de la historia base, es posible que defraude al público que maneja los códigos de la serie. La película debiera de aportar cosas al mundo de la serie, sin escapar de las leyes de su universo. Esto es muy difícil, ya que desde que se hizo la serie hasta hoy han pasado más de veinte años y el lenguaje y las temáticas han cambiado mucho, armar un producto ligado a una serie que deje contentos a todos y a su vez pueda ser visto por una generación que no la vio por TV…  es prácticamente imposible.
Ante este desafío tenemos distintas reacciones:

  • Las películas que tratan de seguir a la serie original lo más posible,
  • Las que parodian a las serie.
  • Las que toman a la serie como punto de partida para desarrollar otra cosa.

Las películas que tratan de seguir a la serie original lo más posible, como se dijo antes, resultan ser un capítulo más largo, especialmente si cuentan con el reparto original. Tal es el caso de la película de Batman de los 60s que reúne en una sola historia a todos los legendarios “Villanos invitados”. O lo que ocurre con la película de 1989 del superagente 86 (Get Smart Again, 1989), un telefilm que reúne a los actores originales de la serie (excepto al jefe, que ya había fallecido). Como ya se dijo solo pueden aspirar a ser vistas por el público propio de la serie.

 

 

Entre los filmes en los que se ha elegido parodiar a la serie original quizás los más conocidos son los dos de “los Ángeles de Charlie”, especialmente el segundo, donde queda claro que el guión es solo una escusa para tener escenas de acción, humor y chicas lindas (En la serie solo había acción y chicas lindas).


Un caso menos difundido, pero interesante es el de las películas de la Tribu Brady (The Brady Bunch Movie, 1995 y A Very Brady Sequel, 1996). Esta serie de los 70s,  ya para su época extremadamente Naif, contaba las aventuras de una familia extremadamente funcional que no parecía vivir en la misma realidad que su país de origen (Vietnam, drogas, violencia). La directora Betty Thomas decidió trasladar la trama a nuestros días, pero sin modificar en lo más mínimo las características familiares, extremando de esa manera el contraste con la cotidianeidad actual sin perder la esencia dela serie.

Las que toman la serie como punto de partida para desarrollar otra cosa, generalmente terminan precisamente en otra cosa, es decir: se alejan completamente de la serie. Eso no quiere decir que terminen siendo un fracaso económico, pero ya no se trata de lo que los fans estaban buscando. En estos productos generalmente se aprovecha el gancho de la serie para convocar al público y son las que más defraudan a los fans. Un ejemplo claro es la exitosa saga de “misión Imposible” (Mission: Imposible I,II y III, 1996, 2000 y 2006) que está mucho más cerca de los filmes de James Bond que los del famoso equipo del Sr. Phelps.

CONCLUSION
Una película sobre una serie, si bien permite “tirarse con paracaídas”, es un desafío a la hora de hacer los fans queden contentos y a la vez que los números cierren. La Traducción que debe hacerse entre el lenguaje televisivo y el cinematográfico, sumado al cambio de actores y de realidades globales, hace difícil el éxito de un proyecto de este tipo, aunque no se puede negar que algunos lo han logrado.
En síntesis: hacer una película de una serie es como poner en escena en un teatro chino una obra escrita a partir de un chiste portugués y pretender que le haga gracia a un alemán…


   
Sergio Alberino
     
 

¿Qué fue primero? ¿La serie o la película?
En la década del setenta se empezó a probar seriamente la fórmula “película de grandes efectos con final medianamente abierto que da pie a una serie de TV”. Tal es el caso de Galáctica, astronave de Combate (Battlestar Galactica, 1978), que aprovechó el boom que había generado La guerra de las galaxias (Star Wars, 1977) en los cines, para explotar la movida SciFi con la consecuente serie de televisión. En el mismo plan llega la serie de “el planeta de los simios” fruto de la homónima serie de películas (¡son 6!).

     
 

Un caso terrible es el de Viaje a las estrellas, la película  (Star Trek, 1980). El filme contaba con todo el elenco original, y la dirección del prolífico Robert Wise (de filmografía tan dispar como “el día que paralizaron la Tierra”(The Day the Earth Stood Still, 1951)  y “La novicia rebelde” (the sound of music, 1965 )) además de efectos especiales jamás soñados en la época de la serie original. El asunto es que trataron de hacer algo más parecido a “2001, Odisea del espacio” (2001: A Space Odyssey, 1968) y a toda la “movida” espacial tipo NASA que en nada se parece a las temáticas de exploración y aventura abordadas en la serie. El resultado fue una película aburrida para  fanáticos y no tantos.

   

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Mission:Imposible.

 

Este mensaje se destruirá dentro de cinco segundos, en su sala preferida.

 Ante la inminente llegada de Mission: IMPOSIBLE, la película, con un amigo nos pusimos a rememorar la vieja serie, y a preguntarnos que era lo que hacía de ella un producto tan particular, ya que era indudable que tenía un estilo propio que no podía confundirse con nada parecido en la televisión de aquella época. 
Es muy poca la gente, que teniendo acceso a la televisión, no haya visto nunca esta serie. Hay capítulos que se conservan en la memoria de muchos en forma indeleble. ¿Por qué? Ese es el asunto. Mission: IMPOSIBLE tenía la dinámica de un comercial. Si el equipo del Sr. Phelps era una maquinita perfectamente sincronizada, el equipo de Bruce Geller, el creador de la serie, también lo era y eso se reflejaba en el desarrollo de cada capítulo. Escenas cortas, bien puestas, daban al espectador una visión total de lo que ocurría con cada personaje en cada momento y a la vez lo que ocurría en la globalidad. Este resultado visual requería seguramente un planeamiento previo más complejo que el convencional, y también un costo adicional (lo que hacía que la serie fuese bastante cara) 
Con respecto a los personajes, hay cuatro características bien definidas en la serie:


 

MI

1) Hay un JEFE. Él es quien elige a los que van a trabajar con él. Él decide cuando y como se va a llevar a cabo el trabajo. Nadie duda de sus órdenes.

2) Los agentes escogidos forman un EQUIPO. Todos dependen de la habilidad de cada uno y cada uno depende del resto. Confían en el otro y en ello les va la vida.

3) Son PROFESIONALES. No presentan sentimentalismos ni discuten entre si. Reciben las ordenes, van, hacen el trabajo y después (con la musiquita típica de la ocasión) se suben a un auto y se van a quién sabe donde. A lo sumo esbozan una sonrisa.

4) Son SUTILES. No hay persecuciones, ni explosiones espectaculares, ni autos chocando. El arte de Mission: IMPOSIBLE es el de hacer creer a las víctimas que ellos son los victimarios. Es jugar en el límite de la mentira. Hacer creíble ese juego, y para ello deben demostrar toda su habilidad.


 Habiendo hecho este pequeño análisis, y estrenado el film, nos internamos en las sombras de un cine a ver lo que Hollywood nos deparaba para ese esperado momento. A esas altura ya habíamos visto, hacía tiempo, los avances de la película y sabíamos que no todo iban a ser rosas. Primero estaba el problema de Tom Cruise: aparecía demasiado. Después, que había muchas explosiones. No pintaba bien. Pero bueno, el director era Brian De Palma, el elenco era interesante (especialmente la aparición del nombre de Jean “el perfecto asesino” Reno) y la música sonaba igual a la de la serie.

 Error. Si bien al principio hay algo de lo que fuera Mission: IMPOSIBLE, si bien hay un Sr. Phelps y una grabación que se autodestruirá en cinco segundos, y todo eso; también hay una vuelta de tuerca que se convierte en pasada de rosca convirtiendo la película en una de James Bond (sin Pierce Brosnan) donde Tom nos recuerda continuamente cuan lindo y, no por eso menos inteligente, puede ser ( esto no es de extrañar teniendo en cuenta que él produjo la película y por ende es quien pone la plata). Cruise es el protagonista, sin jefe, sin confianza, sin profesionalismo, sin sutileza.

  Película espectacular, con presupuesto millonario (160 millones de dólares), filmada de verdad en Londres y en Praga, el costo supero las previsiones. La mano del heredero de Hitchcock (De Palma) no se nota (y sino comparar con el clima de Vestida Para Matar, Doble De Cuerpo, o hasta Los Intocables) y la historia pasa sin más pretensiones.

  Detalle: en algunos cines en vez de los avances pasaban el videoclip, con la versión revisada del viejo tema de Lalo Schifrin (ganador el EMY por la música de la serie al año siguiente de ser emitida por primera vez en los EEUU). 

 

Otra: "MI: 2 (la venganza)"

 Bueno, ahora la cosa es distinta. Ya todos sabemos que no vamos a ver misión imposible. Vamos a ver a Tom Cruise, escenarios espectaculares, explosiones, escenas casi imposibles... 
Pero aún así no alcanza. Porque promete más de lo que nos va a dar. Y ni siquiera es coherente consigo misma. Quiere ser un poquito de película de hiper-acción de este director oriental, y también quiere esa onda Matrix de cámara moviendose más rápido que la vista...

Conclusión: el Perfecto Asesino está más cerca de la serie Mission: IMPOSIBLE, que las películas de Mission: IMPOSIBLE. Sería interesante que estas películas tuvieran un nombre más adecuado a su contenido, tipo "el espía que me amo y corría por arriba del tren que iba a mil" o "el espia que si se cae de la montaña se agarra con una mano", y que algún día hagan realmente Mission: IMPOSIBLE.

MI

Sergio Alberino

 

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